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30 oct 2008

THE ENDOCHRONIC PROPERTIES OF RESUBLIMATED THIOTIMOLINE


The Endochronic Properties of Resublimated Thiotimoline

En marzo de 1948, un estudiante de Bioquímica de la Universidad de Boston publicó un artículo que ponía patas arriba todas las leyes de la física conocidas hasta el momento. En un profuso documento, cargado de gráficos y tablas de datos, aquel joven desconocido anunciaba el descubrimiento de una sustancia capaz de disolverse en agua un instante antes de entrar en contacto con ella, desafiando el comportamiento de los elementos de la tabla periódica y el continuo espacio-temporal.

Según el autor, las propiedades de la denominada tiotimolina se explicaban gracias a una anomalía en sus enlaces químicos que le dotaba de la facultad de disolverse (en la proporción de un gramo por mil) en -1,12 segundos, es decir, un momento antes de que se le hubiera añadido el agua. Mientras cuatro de los enlaces de su átomo de carbono permanecían en el espacio-tiempo normal, otros dos presentaban una singularidad y se proyectaban hacia el pasado y el futuro respectivamente.

Aquel descubrimiento, tal y como el propio autor concluiría años más tarde, contenía una serie de implicaciones revolucionarias para el campo de la física y la predicción de sucesos. Gracias a la construcción de un sencillo aparato denominado endocronómetro, se podía observar de manera directa el comportamiento de la tiotimolina y realizar predicciones que iban desde eventos sencillos hasta situaciones más complejas.

En un primer paso, emplazando dos endocronómetros entre sí, el observador podía prever el resultado 2,24 segundos antes de que el agua fuera añadida, y así sucesivamente. De esta manera, una batería formada por unos setenta y siete mil endocronómetros “contendría una muestra final de tiotimolina que se disolvería 24 horas antes de que se vertiese la cantidad inicial de agua”.

Si uno pretendiera predecir la lluvia, por ejemplo, bastaría observar que la última muestra de tiotimolina se disolvería un día antes de las precipitaciones. Y este sencillo sistema podría aplicarse a predicciones más complejas, como una carrera de caballos. “Supongamos que se proponen apostar por un caballo determinado”, explicaba el autor. “Veinticuatro horas antes de la carrera, pueden ustedes decidir firmemente que si el caballo gana al día siguiente, añadirán agua inmediatamente después de recibir la noticia al primer elemento de la batería telecrónica. Y que si no gana, no lo harán”. Después, bastaba observar si la última muestra de tiotimolina en el endocrómetro se disolvía el día anterior para saber si el caballo había ganado la carrera.

Como muchos ya sabrán, el título de aquel trabajo revolucionario era Propiedades Endocrónicas de la Tiotimolina Resublimada y su autor, Isaac Asimov, siguió escribiendo sobre la sustancia ficticia durante años y hasta fantaseó sobre sus aplicaciones en la carrera espacial. El artículo original fue una especie de broma publicada en la revista Astounding Science Fiction, aunque el director de la revista burló la condición de no publicarla bajo el nombre de Asimov, que en aquel momento se estaba doctorando en la universidad. Afortunadamente, los miembros del tribunal que le examinó meses más tarde se tomaron la cuestión con humor e incluso le hicieron una última pregunta cómplice sobre la tiotimolina.

Uno de los detalles más llamativos, y un golpe maestro de metaficción por parte de Asimov, fue la breve bibliografía incluida al final del artículo. Según confesaría el propio autor años más tarde, durante los días siguientes a la publicación del artículo la biblioteca de la facultad recibió un goteo de consultas de estudiantes que lo habían creído a pie juntillas y preguntaban por aquella lista de autores inexistentes.


La lectura original tal como la presenta Asimov pueden verla en : The Endochronic Properties of Resublimated Thiotimoline